martes, 29 de octubre de 2013

SAYONARA JAPÓN

Tokyo, 23 de octubre de 2013

Nuestro último día de experiencia japonesa fue tal vez el día más relajado de toda la ruta. Nos levantamos pronto para no perder la costumbre, pero desayunamos en el hostel con tranquilidad unos cafés de las máquinas que invaden todo Japón (ais... cómo lo voy a echar de nuevo) con unos bollos que compramos la noche anterior.



Antes de abandonar nuestro hostel, la gente de la recepción nos obsequió con unos caramelos de Halloween y una nota que nos agradecían nuestra estancia allí. Esta gente es amable y detallista como poca... antes de irnos nos pidieron que nos hiciéramos una foto con ellos y las pelucas que tenían en recepción y que ya habíamos probado diez días antes.¿Quién se puede resistir a hacerse unas fotos frikis con unos japos tan simpáticos? Dejamos las mochilas en el hostel y salimos a la calle para disfrutar de Tokyo mucho más relajados. 




Nuestra primera parada fue el Palacio Imperial, que es la actual residencia del emperador. Lo cierto es que en las guías no decían que fuera demasiado interesante, tan sólo se podían visitar los jardines frontales del palacio y no eran muy bonitos, pero aun así fuimos hacia allá. Los jardines, pues eso, no muy interesantes, pero al menos la visita era gratuita. Lo más llamativo de los jardines era el mirar al horizonte y ver el palacio rodeado de grandes rascacielos. 


Finalizada la visita llegó el momento de dedicarnos a las compras... yo tiré por las zapatillas para correr, Mizuno y Asics tienen muy buenos precios y puedes ahorrarte bastante dinero, el problema era encontrar unas zapatillas de mi tamaño de pie (y eso que tampoco es exagerado, un 45), se ve que los japoneses sí son más pequeñitos en todo. Las chicas volvieron a sus cosméticos y brochas de maquillaje shiseido. El resto del día lo pasamos por la zona comercial de Shibuya. 

A última hora fuimos al "Brochodromo", un piso que casi parecía clandestino y que nos contró encontrar gracias al mapa que le dieron a Encarna con las indicaciones. En el apartamento, miles de brochas de maquillaje de todos los tipos... Encarna pecó por última vez y acabó sucumbiendo a los encantos de estas brochas.



Con las últimas compras ya hechas y con la noche cayendo sobre Tokyo, cogimos el metro hacia la zona de nuestro hostel. Nuestros últimos yenes nos los gastamos en una especie de supermercado "Todo a 100" que estaba detrás del hostel dónde se podía comprar comida típica japonesa realmente barata. Allí todo costaba 105 yenes, es decir, unos 80 céntimos de euro. Un sitio estupendo para gastar lo que nos quedaba. 

Yo aproveché para ir al baño japonés que estaba al lado... la verdad es que no dejaba de ser un spa por menos de cuatro euros. A la entrada te daban tu toalla y una vez dentro tenías unos cubos y banquetas en los que asearte. Una vez limpio había tres "jacuzzis" con sus burbujas a cual más caliente... no aguanté más de 15 minutos allí, el estar remojado en agua a 75º es un disminuidor de la tensión brutal. De los tres Jacuzzis el más curioso era uno aromático que olía como a cerezo... el agua era rojo y te tumbabas en una especie de cama con chorros que salían por la espalda... muy relajante si no fuera porque el calor casi te provoca el desmayo.



La experiencia en sí del baño japonés, buena y recomendable, aunque he de reconocer que la primera vez que me metí en ese Jacuzzi tuve un dejá vu de los dibujos de Ranma y tenía miedo en convertirme en un oso panda. Salí como nuevo para las casi 20 horas de viaje que me esperaban de vuelta a España... además ¿quién no ha soñado alguna vez con bañarse con un cubo y una banqueta junto a varios japoneses octogenários? cierto, nadie, jeje, aún así lo recomiendo como experiencia final japonesa.


Al final entre unas cosas y otras el tiempo se nos echó encima y acabamos corriendo y sudando para coger el tren hacia el aeropuerto... llegamos con tiempo y nos lo tomamos todo con calma. Habíamos cumplido buena parte de nuestro ambicioso plan de viaje. Todavía nos quedaban algunas monedas a cada uno, así que decidimos comprarnos algún souvenir en el aeropuerto. Nuestros últimos 600 yenes fueron directos a tres sillones de masaje que había con vistas a la pista de aterrizaje del aeropuerto... y qué 600 yenes tan bien invertidos, masaje de piernas, cuello y espalda durante diez minutos que nos dejó descansar.

El viaje en el avión relativamente tranquilo aunque eso sí, muy incómodo, si algo nos ha quedado claro es que Japón no es país para gente grande y Encarna y yo lo hemos sufrido con sus sitios "poco espaciosos". Aterrizando en Charles de Gaulle nos esperaba nuestra última y más complicada gymkhana... el cambio de aeropuerto en 3 horas habiendo facturado maletas. Lo conseguimos y con nota, pese a que las maletas en Charles de Gaulle tardaron en salir por un bloqueo en la cinta de equipaje. Cogimos un taxi que compartimos con otro chico para que nos saliera más barato... en total fueron 80 euros, 20 por cabeza, lo mismo que nos costó la lanzadera de Air France a la ida y hasta nos sobraron unos 40 minutos. Así que para cualquiera que tenga que hacer este cambio de aeropuerto en un viaje futuro, tranquilo, se consigue.



La lluvia y el otoño más gris nos daba la bienvenida en Madrid... Japón es un país fascinante, con lugares maravillosos como Inari, la puerta de Miyajima, Takayama o Kamakura.. pero sobre todo es una experiencia que merece la pena ser vivida. Disfrutar de la tranquilidad de los lugares, de la amabilidad de los japoneses y de la armonía de construcciones y jardines es lo mejor que nos puede dar este país. El tópico del país tecnologico con trenes ultramodernos y baños espaciales queda diluido en la realidad. Lo que uno no puede evitar a su vuelta es tener la sensación de que se puede ser mejor persona, más civilizado y ordenado, que se puede hacer la vida más fácil a quien está a tu lado y que en cierto modo el bien común debe de prevalecer sobre el bien individual. Es algo que todos deberíamos de aprender de la cultura japonesa.


Después de diez días, nosotros volvemos a casa, pero el Sol Naciente no se detiene y avanza iluminando nuevas tierras, mostrándonos otros caminos y culturas, alumbrando futuras rutas y aventuras al otro lado del mundo.

2 comentarios:

  1. Hola!!
    Mi pareja y yo marchamos este octubre a japon, mas o menos las mismas fechas que fuisteis vosotros, vamos del 17 al 30. La verdad que el blog me ha encantado, y me ha ayudado bastante.
    Me podrias responder a un par de cositas, (no se me ocurren mas demomento porque no hemos empezado a organizar nada, solo tenemos vuelos y hoteles)? Como funciona el tema de fumar? he leido que no se puede fumar por la calle, y aunque no fumo mucho, soy fumadora... y otra cosita, para cuando tengamos que preparar las maletas. que temperatura hace en esas fechas? Muchas gracias de antemano, y un placer haber leido vuestro viaje!

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    1. Hola Lexuri, no sé decirte porque no soy fumador, pero sí vimos calles con la señal de prohibido fumar. En cuanto a la temperatura hubo un poco de todo, en general no hacía frío, unos 20 grados puede ser, los días que hacía sol era muy agradable, pero había días nublados y algunos días también nos diluvió (de los 10 días que estuvimos recuerdo 2). Por suerte hay paraguas de plástico transparentes por todos los lados y como no hay viento y la temperatura es bastante buena se lleva bien y no corta el continuar haciendo turismo.

      Me alegro que te haya gustado el blog y espero que disfrutes mucho Japón. Tengo otros blogs de otros destinos con un formato similar (Kenia, CostaOeste, India, China, México, Peru, Vietnam y alguno más que seguro que se me olvida), así que ya sabes para futuros viajes! Si tienes más dudas, no dudes en contactarme. Un saludo!

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