lunes, 21 de octubre de 2013

DE LONJAS, BUDAS GIGANTES Y COMPRAS

Tokyo, 21 de octubre de 2013

A las 4.45 de la mañana recibimos una llamada para avisarnos que nos quedaban 15 minutos para abandonar el Karaoke... En ese momento empezaron a parpadear las luces de la sala para dejarnos claro que debíamos abandonar el local. Mientras nos cambiábamos y rehacíamos las mochilas nos dió tiempo a cantar un par de canciones e incluso hasta a tomar un chocolate caliente. La experiencia Karaoke fue muy interesante y recomendable como alojamiento barato, se duerme bien y más cuando se está cansado como estamos nosotros de todo el día pateando. Tan sólo tiene un pero... No te puedes duchar, así que al día siguiente toca hacer turismo un poco más guarro de lo normal.





Aprovechando que estábamos ya en la calle a las 5 de la mañana decidimos ir a la lonja de pescado de Tsukiji, un destino turístico para el que hay que madrugar y coger el metro a primera hora. Dejamos las mochilas en la estación de Shibuya para no ir cargados con ellas todo el día en las taquillas del metro y nos fuimos al famoso "fish market".

El mercado es peligroso por la cantidad de carretillas que se cruzan y pasan a toda velocidad a nuestro lado. No puedes distraerte si no quieres acabar siendo atropellado por uno de estos vehículos. Luego el mercado en sí no deja de ser una lonja normal pero con unas dimensiones propias de la ciudad más grande del mundo y en la que más pescado se come. Hay mucho pez que se puede comprar vivo, incluso se puede comprar carne de ballena, pero lo que puede llamar la atención más posiblemente sean los enormes atunes que se encuentran a medio despedazar en las mesas de los pescaderos.




En las calles adyacentes al mercado se puede al parecer comer sushi de muy buena calidad y a buen precio, aunque nosotros a las 7 de la mañana teníamos más ganas de un café y una tostada que de pescado crudo. Comprobando el mapa vimos que cerca de donde nos encontrábamos estaba el barrio de Ryogan, donde se encuentra el estadio nacional de Sumo y su museo, y decidimos que estando tan cerca era buena idea ir a verlo.

Cuando llegamos tuvimos una decepción, el museo al ser lunes estaba cerrado y sólo pudimos visitar el estadio por fuera. Una pena porque era gratuito. Nuestro siguiente destino era Kamakura, una población costera a una hora escasa de Tokyo donde había un bonito templo que ver y el Budha de Daibutsu, famoso por sus dimensiones. Esta visita es muy recomendable.



El templo se encuentra en lo alto de una colina y en su interior hay dos grandes budas de madera preciosos. El templo en sí también es muy bonito, con unos jardines muy cuidados que invitan a sentarse y descansar. Desde lo más alto además puede observarse el mar y la playa de Tokyo. Como el día era relativamente bueno pudimos ver a gente practicando surf en la playa. En uno de los laterales del templo se puede visitar una cueva con apenas luz de velas y en la que hay que ir agachado donde se pueden ver talladas en las paredes distintas figuras.

Como esta zona está al nivel del mar, en las calles hay bastantes carteles que anuncian el peligro de posibles tsunamis y muestran las vías de evacuación en caso de que ocurran. La verdad es que en cierto modo da tranquilidad pensar que estos japoneses ya tienen pensado incluso el modo de evacuación en caso de que pudiera ocurrir para evitar el mayor número de víctimas.




Del templo nos fuimos al Budha de Daibatsu, que realmente es espectacular y merece muchísimo la pena visitar. Se puede acceder a su interior ya que es hueco. Dentro apenas tiene nada, solamente se ve como fue ensamblado usando distintas técnicas.




De Kamakura, aprovechando que teníamos que pasar por allí, nos fuimos a nuestra primera actividad friki del día, visitar el centro Pokemon de Tokyo. La verdad es que nos decepcionó bastante, ya que no deja de ser una tienda, y no muy grande,con todo tipo de Merchandising de Pokemon. En la puerta eso sí, como unas 20 personas con sus Nintendo DS jugando al famos juego.




Enfrente del Pokemon Center hay un nuevo jardín japonés que es interesante de ver, más que nada por el contraste entre el lugar y los enormes edificios de oficinas que lo rodean. Decidimos volver a Shibuya a recoger nuestras mochilas y pasar la tarde en los centros comerciales. Hicimos nuestra primera comida decente a las 17 de la tarde cuando ya estaba anocheciendo. Por 800 yenes nos dieron una sopa de miso, un gran plato de arroz con carne, 6 dumplings (empanadillas japonesas de carne) y dos piezas de pollo, todo bastante bueno y muy barato.



Las chicas no pudieron resistirse a comprar algo de maquillaje japonés, al parecer según ellas que entienden, a muy buen precio. Yo me dediqué a pasear por el barrio entrando en algunas tiendas y disfrutando del ambiente en general del lugar.




Cargados con las mochilas de nuevo y ya siendo casi las 20, decidimos ir a nuestro hostel y tomar por última vez el tren con el Japan Railpass que hoy nos caducaba. Nos equivocamos de parada de tren y tuvimos que andar hasta el hostel más de media hora cargados. Teniendo en cuenta que nos habíamos levantado antes de que amaneciera, las energías ya empezaban a escasear. Fue llegar al hotel y caer rendidos, había que descansar.

1 comentario:

  1. Hola chic@s: la comida que habéis descrito hoy de las 17 horas me parece apetecible, más q la de ningún otro día. Un beso

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