lunes, 21 de octubre de 2013

ALDEAS JAPONESAS PASADAS POR AGUA

Takayama-Tokyo, 20 de octubre de 2013

El día ha amanecido nublado en Takayama y cada vez ha ido a peor. Nos levantamos a las 6 de la mañana para aprovechar el día aquí e ir a Shirakawa, una aldea a 50 minutos de la ciudad patrimonio de la UNESCO, pero la lluvia ha empañado el día. 





A las 7 de la mañana salíamos del albergue en dirección a los mercados tradicionales que todas las mañanas instalan en los márgenes del río. En estos mercados las mujeres de los agricultores locales venden las frutas y verduras que cultivan (básicamente enormes manzanas, peras y tomates con muy buena pinta y mejor sabor). Nuestra intención era desayunar por el camino, pero todo estaba cerrado, no sabemos si porque era domingo o porque era demasiado pronto, así que tuvimos que engañar al hambre con los trozos de pera y manzana que las mujeres nos ofrecían en el mercado.

Paseando por el centro de la población encontramos un café abierto donde pudimos tomarnos un café, zumo, bollo y huevo duro por 600 yenes, unos 5 euros. De ahí decidimos pasear por las calles del centro histórico. Pese a la lluvia el paseo fue muy agradable. Todo el área está cuidado con mucho mimo. Los pinos están arreglados, las casas conservan la armonía y uno puede saltar varios siglos atrás por la tranquilidad de sus calles.



En Takayama hay dos veces al año, en primavera y en otoño, unos festivales donde sacan unas grandes carrozas similares a nuestros pasos de Semana Santa a la calle. Algunas de estas carrozas pueden verse en uno de los museos de la ciudad. Al fondo de la ciudad unas escaleras llevan a uno de los templos, que no sabemos, si por llevar varios días sin ver ninguno, nos resultó especialmente bonito. En el templo tuvimos la suerte de ver una ceremonia sintoísta.

De vuelta a la ciudad nos dirigimos pese a la lluvia a la estación para ver si podíamos coger un bus que nos llevase a Sharakawa. La mala suerte provocó que el único bus de vuelta que podíamos coger para no perder el tren tuviese tan sólo dos plazas libres, así que elegimos el plan B.




Nuestro plan B consistía en ir a Hida, una especie de Villa reconstruida con casas de las distintas épocas donde podía verse una pequeña muestra de lo que era Shirakawa y ya de paso hacerse una idea de la vida siglos atrás en Japón. Hida se encontraba a tan sólo 10 minutos de Takayama y su precio incluida la entrada al recinto era bastante más barato (900 yenes frente a 4500).

La visita a Hida no defraudó. La estampa de la Villa con las casas con sus techos de paja entre las montañas merecía mucho la pena. El problema es que la lluvia, que cada vez era más fuerte, empañó la experiencia. Hasta los patos y cisnes del lago estaban escondidos por la fuerte lluvia. En cada casa se mostraban utensilios de cocina, juegos, transportes o santuarios. Personalmente las construcciones me recordaron en cierto modo al Señor de los Anillos.




De Hida bajamos sobre la 13 de la tarde y nuestro tren era a las 15.30. Para pasar el tiempo, entre otras cosas tenemos un juego que es el "Dicen que en España..." El juego en sí es una chorrada, consiste en ponerse en la piel de un japonés y decir algo sobre nuestra cultura al igual que nosotros por ejemplo decimos "dicen que en Japón los baños tienen un chorro que te limpia". En este caso sería "dicen que en España, roban" y ya de ahí desvariando esto deriva a "Dicen que en España puedes dejar las bragas donde quieras que nadie te las quita, pero como dejes el iphone desaparece".

Antes de coger el tren quisimos tener una comida occidental y fuimos al único lugar cuyo sabor no defrauda y es igual en todo el mundo.... El McDonalds. Y qué bien sabe un Big Mac cuando uno está cansado de la comida local... Totalmente calados por la fuerte lluvia esperamos en la estación la salida de nuestro tren. Mabel y Encarna han sacado varias sonrisas a la gente local al ponerse bolsas en los pies bajo los calcetines para intentar aislar la humedad de sus zapatos.




Con puntualidad japonesa cogimos el tren a las 15.39 de Takayama a Nagoya para hacer un cambio e ir de Nagoya a Tokyo con hora estimada y real de llegada de las 20.10. Algo que todavía no hemos contado de los trenes es que cuando te subes, el revisor de pone en el principio del vagón, se presenta mientras hace varias reverencias antes de pedirte el ticket de viaje. Ticket que por cierto hay que conservar hasta el final ya que siempre te lo piden a la salida.

Según llegamos a Tokyo nuestra intención era ir a Shibuya, el centro de la ciudad donde se sitúa el famoso paso de cebra japonés. Orientarse por el metro de Tokyo es de primeras una locura, hay muchísimas líneas, muchísimas paradas y todas escritas en japonés. Cuando salimos a la superficie estábamos ligeramente desorientados. Shibuya está lleno de centros comerciales, pantallas, neones y gente. En el centro, el famoso paso de peatones símbolo de la ciudad.



Tan sólo observar el paso de peatones es una espectáculo. Cuando los semáforos tornan a verde una marea humana se mueve cruzándose en todos los sentidos y hay que estar atento para no acabar chocando con alguien. Cruzar Shibuya es todo un pasatiempo para los turistas.

En uno de los laterales de la estación se encuentra la famosa estatua de Hachiko, un perro que vivió en la estación esperando la llegada de su dueño muerto. Hay una película inspirada en esta historia protagonizada por Richard Gere. Con las mochilas a cuestas nuestra intención era pasear tan sólo por la zona, cenar algo y buscar un lugar para dormir.




Cenamos en un restaurante italiano cuyo precio no estaba mal pero que incluía una desagradable sorpresa, te cobraban unos 500 yenes por persona por el servicio, lo cual encarecía bastante la cuenta teniendo en cuenta que el plato eran tan sólo unos 800 yenes. Al parecer lo de cobrar el servicio es algo bastante común en Tokyo y no incluye ningún extra.

Ya con el estómago lleno era el momento de buscar alojamiento para esa noche. Nuestra primera intención era ir a un Love hotel, unos hoteles que se encuentran en Shibuya bastante baratos y que se alquilan por noches o por horas a las parejas. Estos hoteles se caracterizan por su privacidad y porque en ocasiones tienen habitaciones temáticas. Por unos 8000 yenes se puede conseguir una habitación para toda la noche.




La pomposidad y el recargamiento son la nota común de todos estos hoteles. Entramos en varios de ellos y en todos nos decían que no podíamos dormir los tres en la misma habitación, sólo parejas, incluso pensamos en decir que éramos musulmanes y que Mabel y Encarna eran mis dos mujeres a ver si colaba, pero los japoneses son muy cuadriculados y las reglas son las reglas. Una pena ya que nos hubiera gustado vivir la experiencia.

Sin alojamiento y siendo ya las 11 de la noche, las opciones se iban reduciendo... U hotel cápsula o Karaoke... Decidimos optar por el karaoke. Dormir en Karaokes es algo que los japoneses hacen de vez en cuando si pierden el último metro para llegar a casa. Entramos uno bastante cercano a los Love Hotels y cogimos una sala para los tres por 980 yenes por persona. Eso sí, a las 5 de la mañana teníamos que abandonar el Karaoke. Éste ha sido nuestro alojamiento más barato con diferencia. Además con zumo, chocolate y otras bebidas gratuitas. 




En un primer momento nos dieron una sala bastante pequeña para los tres, pero bajé para pedir si nos podían cambiar a otra más amplia y nos dejaron y además sin pagar ningún extra. En la nueva sala teníamos unos sofás en forma de C donde podíamos tumbarnos los tres totalmente.

No pudimos resistirnos a cantar unas pocas canciones antes de dormir... En un primer momento cuando apagamos la luz pensamos que íbamos a dormir poco porque en las salas cercanas la gente estaba de fiesta pese a ser domingo, pero poco a poco el silencio se fue apoderando del lugar y pasamos una noche tranquila y bastante cómodos.

3 comentarios:

  1. Que lastima lo del hotel!!! Probar a meter a Mabel en la mochila ;-).jajaja

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  2. Dicen qué en España viajan por cuatro duros

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  3. Que digan que es una mascota. Por cierto, esa gente tiene mascotas? Miedo me dan JAJAJAJA

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