Tokyo, 23 de octubre de 2013
Nuestro último día de experiencia japonesa fue tal vez el día más relajado de toda la ruta. Nos levantamos pronto para no perder la costumbre, pero desayunamos en el hostel con tranquilidad unos cafés de las máquinas que invaden todo Japón (ais... cómo lo voy a echar de nuevo) con unos bollos que compramos la noche anterior.
Antes de abandonar nuestro hostel, la gente de la recepción nos obsequió con unos caramelos de Halloween y una nota que nos agradecían nuestra estancia allí. Esta gente es amable y detallista como poca... antes de irnos nos pidieron que nos hiciéramos una foto con ellos y las pelucas que tenían en recepción y que ya habíamos probado diez días antes.¿Quién se puede resistir a hacerse unas fotos frikis con unos japos tan simpáticos? Dejamos las mochilas en el hostel y salimos a la calle para disfrutar de Tokyo mucho más relajados.